domingo, 6 de enero de 2008

Sanidad de los bonsai, 2da parte

Fitoterápicos

Según el modo de acción podemos clasificar a los fitoterápicos (denominados comúnmente plaguicidas, es decir insecticidas y funguicidas) en:

  • Productos de contacto: en esta categoría entran la mayoría de los plaguicidas preventivos. El producto establece una capa que intoxica a la plaga o patógeno antes que éste provoque un serio daño a la planta.
  • Productos sistémicos: el producto se absorbe y es transportado por el floema (es decir, los vasos que conducen líquidos que contienen productos de la fotosíntesis) y/0 xilema (es decir los vasos que conducen agua con nutrientes en dirección a la punta de las hojas)

Formulación de los productos

Los productos comerciales se presentan en alguna de las siguientes formas, poseyendo cada una propiedades y usos específicos:

Sólidos:

  • Polvos secos: principalmente, funguicidas preventivos para proteger esquejes, como por ejemplo Captan.
  • Polvos mojables; forman una suspensión y al cabo de un tiempo decantan ("precipitan").
  • Polvos solubles: forman una solución y usualmente no decantan con el paso del tiempo.
  • Granulados: cebos tóxicos, es decir gránulos que además del principio activo poseen una sustancia atractante para diferentes insectos o mamíferos (por ejemplo, hormiguicidas como Mirex, raticidas y caracolicidas)
  • Comprimidos fumígenos: se encienden con fósforo o encendedor y generan humos insecticidas, como por ejemplo Gammexane.

- Líquidos

- Gaseosos: A base de gas licuado: al perforarse la garrafita que lo contiene, el bromuro de metilo licuado se volatiliza, esparciéndose -como cualquier gas- hasta que encuentra alguna estructura que lo confina. Este poderoso biocida (mata a todo ser vivo al que se expone, inclusive seres humanos) se utiliza para desinfectar sustratos, por lo que suele extenderse el sustrato en una superficie no vegetal (ej. una carpeta de cemento o un film de polietileno) y se lo cubre por arriba también con polietileno. Deben hacerse "dobladillos" de los extremos del polietileno a fin que no se produzcan pérdidas de gas que puedan dañar al aplicador o disminuir la eficiencia del producto.

- Aerosoles: numeroso insecticidas y algunos funguicidas de uso doméstico se formulan en aerosol. Si bien su aplicación es sencilla, el alto costo de los mismos limita su uso cuando la cantidad de plantas a tratar es importante.

Existen sustancias denominadas tensioactivos que impiden la formación de una película de aire entre el material vegetal y el producto que está siendo aplicado, es decir, aumentan el contacto entre el prodcuto aplicado y la planta. Si bien caseramente se utiliza detergente no iónico como tensioactivo, pueden también adquirirse tensioactivos comerciales que además de cumplir ese rol posee aditivos que contribuyen a mejorar la adherencia y evitar el "lavado" del principio activo en la planta luego por lluvia o riego, mantienen el producto en suspensión por más tiempo, impiden cambios en el pH del líquido, impiden obturación de los orificios del pico pulverizador, etc.

Aplicación de Fitoterápicos

Sistemas de aplicación

A fin de hablar con propiedad, conviene establecer la diferencia entre pulverización y fumigación. Técnicamente se denomina Pulverización a lo que popularmente se conoce como Fumigación: la aplicación de un producto líquido a través de su fraccionamiento en gotas por medio de un equipo aplicador. Fumigación consiste exclusivamente en la aplicación de un plaguicida en forma de gas.

Para que un tratamiento plaguicida sea efectivo deben cumplirse los siguientes requisitos:

Seleccionar el producto adecuado para combatir esa plaga o enfermedad

- Utilizar la dosis sugerida en el marbete: pese a lo que la mayoría de la gente cree, los laboratorios dedican muchísimo dinero y tiempo para determinar aquellas dosis que maximizan el control de la enfermedad o plaga mientras que los efectos adversos del producto resultan mínimos. Es por eso que recomendamos enfáticamente respetar las indicaciones.

- Aplicar en el momento oportuno: Luego de diagnosticar la gravedad de la plaga o enfermedad, conviene tomar medidas lo más rápido posible: cuanto más tiempo pase, más se deteriorará el estado sanitario del vegetal. No resultará conveniente aplicar productos en vísperas de una lluvia (la lluvia lavará el producto de la planta) como así tampoco al mediodía en días estivales de mucho sol (las gotas provocarán un efecto "lupa" que puede quemar hojas o tallo).

- Aplicar con un buen equipo y una técnica de aplicación correcta. Ambos requisitos están íntimamente relacionados. Según el tipo de equipo que se utilice será necesario renovar la pastilla del pico pulverizador (generalmente se usan pastillas tipo "cono lleno" aunque las de "cono huevo" resultan más eficaces) cada determinada cantidad de horas de uso a fin de mantener una buena uniformidad de aplicación.

En efecto, una buena técnica de aplicación requiere que el tamaño de gotas producida por el pico sea uniforme (no deben haber gotas grandes y pequeñas) y que cada planta reciba una cantidad uniforme de producto en toda su extensión (según el producto en cuestión, una pulverización que alcance las hojas pero no los tallos resultará insuficiente y la plaga o enfermedad continuará afectando).

Las gotas pequeñas penetran y se adhieren mejor al tejido vegetal mientras que las gotas excesivamente grandes resbalan de los tejidos vegetales y caen al suelo; por lo tanto, existe un diámetro óptimo de gota para cada clase de plaguicida, que en ambos casos corresponde aproximadamente a una llovizna (es decir, un intermedio entre nieble y lluvia fina):

  • Insecticidas y Funguicidas: 200 - 300 micrones
  • Fertilizantes foliares: 300 - 400 micrones

Consideraciones adicionales

Normalmente, un producto dado mantiene su poder de acción durante un cierto período de tiempo, transcurrido el cual disminuye notoriamente su acción. Es conveniente consultar el marbete para conocer dicho dato (denominado "residualidad") a fin de no discontinuar la estrategia preventiva o curativa.

No hay comentarios.: